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lunes, 24 de agosto de 2009

Prisioneros de conciencia


Instrucciones para secuestrar a un AFI


Uno: atrinchérese en un mercado.

La versión oficial refiere que el 26 de agosto del 2006 un grupo especial de la Agencia Federal de Investigación ingresó al mercado municipal de Santiago Mexquititlán, Querétaro, con la consigna de efectuar “un rápido procedimiento de invesstigación contra comersiantes de la zona”. Las faltas de ortografía seguramente constan en las actas correspondientes.

El veloz operativo, con el cual se pretendía incautar artículos “fuera de la normativa en curso”, fue frustrado por la acción organizada de un grupo de mujeres comandadas por Jacinta Francisco Marcial: indígena otomí de oficio vendedora de agua fresca, edad no mayor a 50 años y un metro cincuenta de estatura. Ahora apodada en los círculos de inteligencia nacional como el terror de los AFIs o la Blanca Nieves mexicana.

Dos: apertréchese con palos, cubetas y escobas.

En versión de los agentes, la señora Marcial —en abierta colaboración con Alberta Alcántara, Teresa Madrigal y otros comerciantes de la zona—, organizó una breve y exitosa guerra de guerrillas que culminó con el secuestro del grupo de agentes gubernamentales. El más agraviado de ellos fue Jorge Ernesto Cervantes Peñuelas, quien permaneció a la fuerza en el interior del mercado mientras los otros cinco valientes fueron liberados con la obligación de conseguir el pago rescate. Por cierto, es rumor que el susodicho pidió un par de quesadillas a sus secuestradoras en lo que regresaban sus compañeros. Ernesto Cervantes fue puesto en libertad un par de horas más tarde gracias al pago de un monto todavía desconocido.


La jefa de los plagiarios fue identificada por la AFI gracias a una fotografía en donde se puede percibir a una mujer indígena en el interior del mercado al momento del operativo. La sospechosísima actitud de la mujer frente a la cámara y la confesión de los agentes implicados bastaron para que fuera sentenciada por el juez cuarto de distrito, en Querétaro, a más de veinte años de formal prisión.

Tres: Espere pacientemente.

Así, la siempre ineficiente PGR, parece, una vez más, evidenciar la ineptitud del sistema jurídico mexicano: si bien, en cualquier otra latitud del globo podría interpretarse como imposible y vergonzoso que tres mujeres desarmen y secuestren a seis agentes federales perfectamente entrenados; la misma incapacidad de los agentes dimensiona la historia como probable.

A tres años de la sentencia y a una semana de la infructuosa revisión que otro juez realizara del expediente, sobra decir, como casi siempre, que el proceso judicial contra esta mujer estuvo plagado de las inconsistencias de costumbre: falta de pruebas contundentes, inestabilidad en la declaración de los AFIs implicados y la falta de un traductor de oficio.

El tema no es si una mujer puede o no secuestrar a un AFI o las indudables repercusiones del secuestro en las victimas (habrá quien diga que el agente AFI no fue nunca más el mismo y ahora despierta en medio de terribles pesadillas gritando el nombre de la señora Marcial, recientemente declarada por Amnistía Internacional como “presa de conciencia”) la reflexión tendría que girar nuevamente en torno a la falta de un supuesto "estado de derecho" que imparta justicia equitativamente.

En resumen esto es un pinche abuso más de nuestros ilustres guardianes de la justicia; con los poderosos ni se meten pero a los jodidos los refunden por años en la cárcel, bendito sea este pais tercermundista.

En fin, si en su cabecita se formo un dejo de conciencia y solidaridad pueden acudir a esta página para que expresen su apoyo a Jacinta.

Deseo apoyar a Jacinta

Amnistía Internacional y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, AC (Centro PRODH) convocan a artistas a utilizar las frases:

“Soy Jacinta, Soy mujer, Soy pobre, Soy indígena, Soy inocente”

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