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martes, 26 de enero de 2010

Dark Side of the moon - Flaming Lips


El siguiente proyecto de los Flaming Lips después de Embryonic será realizar su versión del Dark Side Of The Moon. Así lo anunciaron en una sesión de preguntas y respuestas con sus fans, después de un show en Los Ángeles.

El clásico de 1973 será reinterpretado por la banda de Wayne Coyne en colaboración con Stardeath y White Dwarfs (banda del sobrino de Coyne), además de las posibles colaboraciones de Peaches y Henry Rollins. Ésta nueva adaptación de uno de los discos clave de Pink Floyd sólo se podrá conseguir de manera digital.

El trío de Oklahoma también habló de sus intenciones para renovar su contrato con Warner y seguir editando discos en el futuro.

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Alan Moore y Gorillaz...


Damon Albarn y Jamie Hewlett, creadores de Gorillaz, han “reclutado” al genio de cómic y la novela gráfica: Alan Moore para un nuevo proyecto. El escritor de Watchmen ha confirmado la noticia durante una entrevista para el sitio Mustard, en al que también platicó sobre Dodgem Logic, su nueva revista.

“Nos encontramos la semana pasada, hemos estado planeando una nueva ópera. Yo me encargaré del libreto”, declaró Moore, aunque no reveló ningún detalle específico, el proyecto del que habla podría ser “Carousel”, al que Hewlett hizo en 2008, cuando dijo que Albarn había escrito 70 nuevas canciones para una experiencia fílmica y teatral más ambiciosa que ‘Monkey: Journey To The West’.

Moore también reveló sus intenciones para incluir a la banda animada en uno de sus futuros cómics. “Esperamos tener a Gorillaz en el siguiente número de Dodgem Logic“.

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El ascenso del grunge...

Michael Lavine, fotógrafo con base en la ciudad de Nueva York, estuvo en la primera fila cuando la música grunge tuvo su auge al final de los años ochentas. Su nuevo libro “Grunge”, con un prefacio de Thusrton Moore, colecciona cientos de fotografías de bandas íconos como Nirvana, Hole, Soundgarden, Pearl Jam y Dinosaur Jr; además de varios retratos de los fans con sus playeras de franela, botas Dr. Martens y jeans rotos; en la calle y en sucios lugares de rock.

La revista Rolling Stone publicó algunas de éstas fotografías en su edición en línea:







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La mejor broma...el susto de su vida

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Video de los presuntos agresores de Salvador Cabañas...

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viernes, 22 de enero de 2010

Como se dice "Boobs!" en japones?!...



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jueves, 21 de enero de 2010

Recordando el verdadero origen del exorcista...

William Peter Blatty, autor de El Exorcista, era un joven estudiante de literatura en la universidad jesuita de Georgetown cuando, en agosto de 1949, leyó una noticia en el diario The Washington Post: «Un sacerdote libra a un joven de Mount Rainier de las garras del demonio”. Veinticinco años después, tras investigar los hechos y cambiar – a petición del padre Bowdern, sacerdote que practicó aquel exorcismo – la identidad del protagonista, por la de una niña, escribió una novela de la que se vendieron trece millones de ejemplares.



El arzobispado local ha eludido en diversas ocasiones la entrega de los documentos oficiales respecto a este caso, «por razones serias y validas” según sus propias palabras, pero nunca ha negado su existencia. Hoy, sin embargo, conocemos todos los detalles gracias a Tomas B. Allen quien, cuarenta años después, consiguió que el padre Halloran – uno de los nueve jesuitas que asistieron a Bowdern – le facilitara un diario del exorcismo. Este escrito fue hallado en 1978, durante las obras del hospital de los hermanos de los pobres de Saint Louis, en una de cuyas habitaciones, clausurada hasta esa fecha, se produjo el exorcismo último y definitivo. Se trata de veintiséis páginas mecanografiadas en las que se recogen los testimonios de 48 personas que asistieron a la víctima y contemplaron de cerca su endiablado estado.



El mal se manifiesta

Todo empezó con el ruido de un suave goteo en casa de los Mannheim – los nombres son falsos –, en Mount Rainier. Allí vivía Robbie, un chico de 13 años, con su abuela materna, su madre y su padre. El persistente sonido se inició un sábado por la noche. El niño y su abuela se hallaban solos y realizaron una gira por las habitaciones buscando el origen del ruido. Al entrar en el dormitorio de la anciana, vieron que en un cuadro en el que se representaba a Jesús estaba torcido y se movía como si alguien golpeara la pared tras él.



El goteo cesó para dar paso al chirrido de unos arañazos tras la pared, «como si una garra rascara la madera”. Los arañazos continuaron oyéndose durante once días. Comenzaban hacia las siete de la tarde y paraban a media noche. Curiosamente, se detuvieron el día en que murió Harriet, una tía espiritista de Robbie, que había enseñado al muchacho a manejar el tablero ouija. A partir de aquel momento, Robbie pasaba horas enteras jugando con la ouija, intentando entrar en contacto con su querida tía difunta. Fuera ésta o no la causa de la posesión, el hecho es que los fenómenos paranormales comenzaron a producirse a su alrededor sin interrupción. Al irse a dormir oía pasos junto a su cama y, durante el día, objetos y muebles pesados se deslizaban por el aire o se volcaban solos. Sus parientes podían ver girar vertiginosamente las sillas en que Robbie se sentaba.

Él insistía en que no era culpa suya. Pero la fenomenología crecía y llegó a un punto de paroxismo la noche en que, para ahuyentar el miedo del chico, su abuela y su madre se acostaron con él. De pronto el colchón levitó y
colcha y sábanas – completamente estiradas – se elevaron ante sus ojos como si algo invisible tirara de las esquinas.

Escena de la película El Exorcista

Hughes decidió visitar al chico. Al parecer, Robbie estaba en
la cama, en estado de trance, y le recibió diciéndole en latín: «Oh, sacerdote de Cristo, sabes que soy un demonio. ¿Por qué me molestas?”. Precisamente, según el Rituale Romanum, la capacidad de hablar o entender una lengua extranjera desconocida anteriormente por la persona es una de las características de la posesión, sobre todo si va unida a la exhibición de una fuerza sobrehumana, el conocimiento de hechos ocultos o futuros y una profunda aversión hacia lo sagrado que se manifiesta incluso hacia las medallas, cruces o reliquias ocultas. Así que Hughes – tal y como indica el ritual – solicitó permiso para practicar un exorcismo al arzobispo de Washington, O’Boyle, quien, incomprensiblemente, se lo concedió.

A finales de febrero, Robbie fue ingresado en el Georgetown Hospital, dirigido por jesuitas y atendido por monjas que guardaron el más bsoluto
secreto. Fue atado con correas a una cama y permaneció tumbado con los ojos cerrados, aparentemente tranquilo. Al entrar Hughes en la habitación, tocado con birrete negro, estola púrpura al cuello y con un reluciente aspersor de agua bendita, Robbie «despertó” y con voz perentoria le ordenó quitarse la cruz que llevaba oculta. Asimismo se dice que empezó a proferir juramentos en lengua semítica y aramea y en su pecho comenzaron a aparecer nuevos arañazos.



Hughes se arrodilló junto a la cama con el ritual en las manos, recitó la Letanía de los Santos en latín y luego el Padre Nuestro con el que comienzan las oraciones propias del exorcismo, pero al decir «Mas líbranos del mal”, Robbie logró desasir una de sus manos y aflojar una pieza del somier… La monja y el auxiliar presentes oyeron de pronto un alarido de Hughes… Robbie había rajado el brazo izquierdo del sacerdote desde el hombro hasta la muñeca. Alguien dijo que para cerrar la herida fueron necesarios más de 100 puntos. El exorcismo no prosiguió.

Hughes sufrió una crisis nerviosa y abandonó Mount Rainier durante un tiempo.

...hillaba, ladraba, reía diabólicamente, insultaba y maldecía al oír las plegarias o el nombre de Jesús. Y, al ir avanzando el exorcismo, comenzó a hablar con una voz profunda, ronca, y a volverse
más violento. Gritaba obscenidades a los sacerdotes, les acusaba de terribles actos sexuales y les escupía. Su delgado cuerpo se arqueaba tanto que podía tocarse la cabeza con los dedos de los pies. Cantaba
melodías que desconocía. Agitaba los brazos desesperadamente y, en
cuanto se veía libre de ataduras, soltaba violentos puñetazos...

l día 18 de ese mes, el padre Bowdern, consumido por el prolongado ayuno y la vigilia, se enfrentó a la que sería la última batalla. Robbie había comulgado ese día y los hermanos de los pobres habían puesto en su habitación una estatua del arcángel San Miguel venciendo al dragón.

Con el último amén del exorcismo la habitación pareció invadida de una calma absoluta y Robbie habló con una nueva voz, clara, autoritaria, rica y profunda: «Satanás, Satanás, soy san Miguel y te ordeno a ti y a los otros espíritus malignos que abandonéis el cuerpo en nombre de Dominus, inmediatamente, ¡ahora, ahora, ahora!”. Entonces, durante 7 u 8 minutos, Robbie se Escena que ilustra el exorcismo debatió entre violentísimas contorsiones. Luego, dijo con calma: «Se ha ido”. Miró a los sacerdotes y aseguró sentirse bien.

Todos se felicitaron. Todos menos Bowdern, que ya no se fiaba del maligno y esperaba una señal característica del final exitoso del exorcismo. Robbie contó que había visto en sueños como el arcángel se había encarado con el diablo haciéndole retroceder hacia una cueva cerrada con barrotes en cuya entrada estaba la palabra spite. Cuando los demonios desaparecieron, notó como si algo tirara de su estómago. Luego se sintió relajado y feliz como no lo había estado desde el 15 de enero. A la mañana siguiente comulgó en la capilla del hospital. Por la tarde durmió una larga siesta. Cuando despertó parecía no recordar nada de su penosa experiencia. «¿Dónde estoy? ¿Qué ha ocurrido?”, preguntó. En esos momentos, una explosión resonó en todo el hospital.



Era la señal que Bowdern esperaba. Cuando Robbie salió del hospital, su habitación fue clausurada con llave. En el cajón de la mesilla permaneció el diario de Bishop hasta ser hallado en 1978.

Poco después de finalizar el exorcismo, durante una misa celebrada por Bowdern en la iglesia de San Francisco Javier, el ábside se iluminó y ante los asombrados jesuitas allí reunidos brilló por un instante la imagen de san Miguel, con una espada llameante en la mano.

La casa donde se iniciaron los hechos fue quemada durante un ejercicio de bomberos. Hoy tan sólo queda el solar, pero nadie quiere comprarlo.

A pesar de las amenazas de muerte prematura que el demonio hizo a los exorcistas, el padre Bowdern murió en 1983 con 86 años y Bishop en 1978 con 72. En cuanto a Robbie, su vida transcurrió con normalidad. Se casó y tuvo dos hijos.

No tuvieron tanta suerte algunas de las personas implicadas en el rodaje del film, William Friedkin, el director, recibió numerosas amenazas por parte de grupos satanistas.

Cuatro miembros del equipo murieron en misteriosas circunstancias. La desaparición de objetos – incluidas varias cintas con escenas ya filmadas era frecuente.

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miércoles, 20 de enero de 2010

Bunbury y Vegas comienzan el año

Les dejo dos nuevas canciones de Enrique Bunbury "Frente a Frente" y Nacho Vegas "La gran broma final".



En mi opinión, desde que Los 40 principales llevaron a Bunbury al Azteca no me sorprende que un día acabe haciendo un dueto con Amaral y Aleks Syntek, que canción tan fresa por dios. Video y canción de mierda.






La canción de Vegas es muy buena:

Como un mar me presenté ante ti
en parte agua y en parte sal.
Lo que no se puede desunir
es lo que nos habrá de separar
en el día de la gran broma final.


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Noticias que no verás en Telerisa y Azteca

Aunque la "Guerra de lo chistes"tenga más rating que el canal del congreso, a veces vale la pena observar los enfrentamientos entre las facciones. Sí, es un video viejo y ME VALE MADRE.

Este diputado petista sí habla por muchos de nosotros.



Videos tu.tv

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martes, 19 de enero de 2010

Nick Vujicic, ejemplo de vida...



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